MUJERES EN CONTRA DEL ANALFABETISMO
En Colombia, según datos de la Unidad de Vìctimas, las mujeres víctimas del conflicto armado han estado y están expuestas a múltiples riesgos, entre esos, a la violencia, explotación y abuso sexual, a la esclavización para ejercer labores domésticas que son considerados roles femeninos dentro de una sociedad patriarcal, al reclutamiento forzado de ellas y de sus hijas, hijos, familiares o amigos, al despojo de sus tierras y su patrimonio por actores armados ilegales y persecución y asesinatos estratégicos por pertenecer a organizaciones sociales y políticas siendo líderes y promoviendo los derechos humanos. Tienen también un alto riesgo de estar sometidas a la pérdida y/o ausencia de su compañero de vida.
Como resultado de un trabajo constante, las mujeres víctimas de desaparición forzada en el departamento del Meta, que se han vinculado al Colectivo Sociojurídico Orlando Fals Borda, han decidido iniciar un proceso alfabetizador que pretende incrementar y potenciar capacidades que puedan influir en el crecimiento y empoderamiento personal y comunitario, mejorando aptitudes comunicativas y de autoestima.
Ser analfabeta es uno de los resultados de la histórica violencia estructural y directa que se ha instaurado en territorios de Colombia, generando exclusión y no garantía del cumplimiento de los derechos humanos, pues para la población, este fenómeno limita el acceso, entre otras cosas, al trabajo, la educación formal y a la justicia, necesaria y difícil de exigir sin condiciones lectoras y escritas, dificultando por ejemplo, diligenciar formatos, formularios, leer instrucciones, leyes o condiciones, además de la imposibilidad de redactar cartas o solicitudes. Esta condición convierte en esencial la colaboración de un tercero, bien sea persona u organización, y obstaculiza el óptimo desarrollo y autonomía de las personas en un contexto donde la exigibilidad de derechos es una constante cotidiana.
Este proceso alfabetizador es una herramienta que dará resultados a largo plazo en la sociedad. Es además una manera de reparar y reconciliarse con el país; es inclusión, pues permite ejercer a gran escala la ciudadanía y principalmente, es un insumo para comprender, participar y cambiar el mundo en que se habita.
El fenómeno del analfabetismo tiene un gran porcentaje en Colombia, pues un 5,8% de la población no sabe leer, ni escribir. Un país considerado libre de analfabetismo, debe tener una taza por debajo del 4%, según declara la UNESCO.
Por eso, se hace imposible no pensar en medidas que logren empoderar y fortalecer a las mujeres colombianas. Ante ello, el Colectivo Orlando Fals Borda y organizaciones internacionales como la ONU, quien apoya este proceso alfabetizador, se comprometen a trabajar en pro de todas y todos, resaltando y reconociendo las históricas violencias que se han cometido y se siguen cometiendo contra las mujeres en el marco del conflicto armado y en el día a día.