Mujeres que buscan, mujeres que faltan: la lucha por la memoria y la justicia
En Colombia, la desaparición forzada tiene rostro de mujer. No solo porque ellas también han sido víctimas, sino porque han sido quienes, con dignidad y resistencia, han sostenido la lucha por encontrar a sus seres queridos. Según la Unidad para las Víctimas, hasta julio de 2024, se registraban 88.925 mujeres como víctimas indirectas de este crimen, de las cuales al menos 5.819 han asumido la búsqueda activa de sus familiares. Son madres, hijas, hermanas y esposas que han convertido el dolor en camino y la ausencia en exigencia de verdad y justicia.
El Colectivo OFB reconoce en este 8 de marzo a todas esas mujeres que han desafiado el silencio, que han tocado puertas, removido la tierra y enfrentado la indiferencia estatal para dar con el paradero de quienes fueron arrebatados. Su lucha no solo es por sus desaparecidos, es por el derecho a la memoria, por el derecho a la verdad y por una sociedad que no permita que la ausencia se convierta en destino.
Al mismo tiempo, evocamos a las mujeres que nos faltan. A las más de 9.000 que, según el Centro Nacional de Memoria Histórica, han sido víctimas de desaparición forzada. A ellas, cuyas voces fueron calladas pero cuya historia sigue viva en quienes las recuerdan y en quienes no dejan de buscar. Sus nombres no han sido olvidados, y su ausencia es una herida abierta en cada madre que sigue esperando, en cada hija que aún pregunta, en cada familia que se resiste a la impunidad.
Pero también recordamos a aquellas mujeres que han perdido la vida en esta incansable búsqueda. Aunque no existen cifras exactas, muchas han sido víctimas de amenazas, hostigamientos y violencia por su compromiso con la verdad. Su lucha, marcada por el riesgo y la valentía, sigue siendo un testimonio de resistencia y amor inquebrantable.
La desaparición forzada no solo arranca vidas, sino que desgarra comunidades enteras. Ha sido en los espacios colectivos donde las mujeres han tejido redes de apoyo, han transformado su duelo en resistencia y han construido memoria. Desde el Colectivo OFB, honramos a quienes, a pesar del miedo, han convertido su búsqueda en un acto de amor y de justicia. Sus voces han llenado plazas, han impulsado cambios y han obligado al Estado a reconocer su deuda con la verdad.
Este 8 de marzo no solo es una fecha de conmemoración, sino de lucha. Es un llamado a no bajar los brazos, a seguir exigiendo respuestas, a acompañar a las buscadoras y a exigir que la desaparición forzada nunca más sea una realidad en Colombia. Porque cada mujer que busca es un faro de dignidad, y cada mujer que falta es un recordatorio de que la memoria es también un acto de resistencia.
Hoy y siempre, seguimos buscando. Hoy y siempre, sus nombres vivirán en nuestra lucha.