Ocho líderes sociales en La Diana
Colombia es un país soñado. Tiene de todo: montañas majestuosas, una gran riqueza hídrica con ríos que parecen mares, dos océanos, 105 poblaciones indígenas, comunidades afrodescendientes y mestizas, y es uno de los lugares más biodiversos del mundo. Pero es también un país sumamente desigual y excluyente, consumido por la corrupción, con una clase política y unas élites mayoritariamente indolentes, y con una historia en medio de una violencia que parece no tener fin.
Estas últimas semanas han sido especialmente convulsas. Primero, la masacre de seis indígenas en el norte de la región del Cauca por la defensa de su territorio, luego la dimisión del ministro de Defensa, Guillermo Botero, por haber ocultado la muerte de ocho menores tras un bombardeo del ejército supuestamente contra disidentes de la extinta guerrilla de las FARC, y finalmente un estallido social que llevará para siempre asociado el nombre de Dylan Cruz, el joven estudiante asesinado a quemarropa por la policía antidisturbios.
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